Piedras, guardianes del entorno
Escondite vibrante de vidas silenciosas
Al fin…, rincón de procreación.
Deleite con aroma melodioso.
Peces, libélulas, piedras, flores, plantas.
Sombra que sabe a frescura de placeres desenfrenados
Guarida maravilloso que coquetea con la vida
Enérgica, pujante y vehemente.
Solo sentir, vibrar, imaginar
Tanta belleza simple, transparente y palpitante.
Quisiera zambullirme en sus visibles misterios
Y asemejar esa aparente quietud
A mi mundana existencia.
Buceo su interior y encuentro el mío
Mutación imaginaria que me incorpora, me eleva
Y me devuelve a los placeres del embrujo diario
De las transformaciones de la vida.
Quizás con mis versos, me incorporo enamorada.
Con sigilo majestuoso y profundo
Parte pasional, parte ignorada, parte misteriosa
Alicia Barboza -Bariloche- 22/01/2010
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